La Virgen de La Majestad, cuya talla, de autor anónimo de comienzos del siglo XII, se encuentra en la Catedral de Astorga en la capilla de su mismo nombre, da nombre a tres bloques de viviendas, en las actuales calles de Morales, Oteruelo y Cuevas, que cuando se hicieron se conocían como Pabellones de La Majestad.
En el libro Astorga, una larga jornada, de D. Augusto Quintana Prieto, publicado por el Centro de Iniciativas y Turismo en 1973, se describe esta capilla de la siguiente forma:
Retablo de la Majestad.- Todo el conjunto de este retablo -escultura y pintura- se deben a Juan de Peñalosa, que unió aquí por igual sus cualidades de pintor y de escultor. No es que se trate de una obra extraordinaria, pero sí muy digna y meritoria.
Queda empalidecida, sin embargo, ante el mérito y la importancia excepcional de la imagen románica que en él recibe culto y para la cual fue hecho: La Virgen de la Majestad.
Es una talla del siglo XII, románica pura con reminiscencias bizantinas, hecha en madera de nogal, que constituye uno de los ejemplares más bellos y de mayor mérito en su estilo. Ha figurado en las más importantes exposiciones del románico en nuestra nación y ha sido pedida con insistencia para las del extranjero.
Sentada sobre un sitial muy curioso, sostiene al Niño sobre sus rodillas. Es alta, de cara muy larga, hierática, majestuosa. El manto con pliegues finísimos; los zapatos extraordinariamente puntiagudos; las mangas anchísimas. Todo del más puro románico de una delicadeza sorprendente.
En el siglo XVI, tratando equivocadamente de enriquecerla, se la forró toda de una lámina de plata, perfectamente adosada a todas sus formas a base de golpes de martillo, y se le cortó la corona de talla que tenía para ponerle otra más ostentosa de plata. Lo mismo se hizo con el Niño que tiene sobre su regazo. Parece que los franceses la maltrataron bastante, arrastrándola por el suelo. Con esto y con el paso del tiempo, la plata se ha ido desprendiendo y perdiendo, si bien todavía conserva bastantes trozos.
Es una de mas imágenes más estimadas de su estilo en todo el mundo del Arte y no hay libro, lo mismo nacional que extranjero, que no haga mención especialísima de ella ni que le dedique grandes elogios.
En la pared de la izquierda, un cuadro grande del siglo XVII recuerda un milagro atribuido a esta imagen, que en otros tiempos recibió intenso culto y fue objeto de especial devoción. El cuadro es bueno y conserva retratos auténticos y vestiduras de la época en Astorga.
La imagen tal como fue utilizada en la exposición
Las Edades del Hombre que con el tema Encrucijadas tuvo lugar en Astorga
en el año 2000.