En 1996 surgió la propuesta de revestir la fachada principal de la iglesia con un mosaico clásico con la idea central del concilio VATICANO II. Se habló con unos cuantos pintores, comprometiéndose D. Juan Antonio Noriego que, aún cuando envió el anteproyecto, estaba plenamente convencido de que la obra no llegaría a término.
Todos los mosaicos han sido elaboradores por el grupo MUSIVARIA ANTIQUA, de la propia parroquia, con una inversión de miles de horas, empleadas de forma desinteresada pero con toda la ilusión. Para el mosaico principal ha sido necesarios cuatro años.
En los extremos de la fachada se encuentran los accesos a los bajos de la iglesia, en cuyas paredes hay también mosaicos con un esquema del Camino de Santiago en uno, y motivos de la parroquia en el otro.
Todo ello protegido con una verja realizada en los Talleres Miranda de acuerdo al proyecto de D. Francisco Blanco Serrano.
En total 1.186 kilogramos de forja, que fue instalada a finales de 1982.