La Edad Media fue esencialmente peregrinante, y poco a poco, Compostela hace la competencia a Jerusalén y Roma como lugar de destino. La aparición o potenciación de las ciudades en torno al Camino de Santiago como núcleos de concentración humana y de acogida de burgueses y mercaderes procedentes del resto de la Península y de toda Europa, dio lugar al surgimiento de los arrabales como novedad urbana respecto a épocas anteriores.
Sin la hospitalidad brindada desde estos asentamientos de población no hubiera sido posible dicho fenómeno. Hoy en día son miles los peregrinos que anualmente recorren la parte del Camino de nuestro barrio. Han pasado mas de diez siglos y nos han dejado el relevo.
Para mejor comprender el significado de la peregrinación, nada mejor adaptado a nosotros que lo publicado por D. Julián Barrio en la Revista Excelsior de mayo a noviembre de 1982. Ahora es arzobispo de Santiago, pero durante algún tiempo ejerció su apostolado en Rectivía.
Los peregrinos. Excelsior 17 de mayo de 1.982.
La peregrinación al sepulcro del Apóstol a partir del siglo X, consiguió una resonancia extraordinaria, tanto en el aspecto religioso como en el cultural, fomentó el contacto espiritual entre los pueblos de la Europa Cristiana y realizó un intercambio de ideas artísticas y de formas de pensamiento y de modos de vida. España entraba así en contacto con la realidad europea, superando la barrera de los Pirineos.
Pero, ¿a qué se debe el hecho de la peregrinación?. ¿Quiénes fueron los peregrinos? ¿Cuáles han sido las huellas de la peregrinación?. A estas preguntas procuraremos dar respuesta en esta sección de la revista.
Hoy nos fijaremos en el primer interrogante. Cuando el mundo era un milenio más joven y dio comienzo la peregrinación a Compostela, el hombre vivía en la llamada históricamente Edad Medieval. El hombre de esta época, profundamente religioso, manifestó su religiosidad a través de diversas formas: baste recordar los efectos hondamente conmovedores que produjeron las procesiones en aquel entonces a las que se asistía masivamente. Pero sobre todo, hay que destacar la devoción a los santos, esas figuras tan presentes y tan familiares en la vida religiosa cotidiana, de los que se sabían sus crueles martirios y sus asombrosos milagros. El deseo de dar culto a los santos y el interés por venerar sus reliquias están en la base de la peregrinación.
Tres fueron los móviles religiosos que influyeron decisivamente en el fomento de la peregrinación en el siglo XI: la convicción de que la visita de algunos lugares o santuarios facilitaba la unión con Cristo o con los santos; la esperanza de lograr una curación física; y el propósito de ganar una indulgencia o cumplir una penitencia particularmente severa.
La hospitalidad. Excelsior 18 de junio 1.982.
Camino, posada y hospitalidad son elementos propios y condicionantes de todo peregrinaje. La hospitalidad que los peregrinos recibieron las más de las veces gratuitamente, facilitó la consecución del fin que se proponían.
En las iglesias y en las ermitas, el romero ejercitará su piedad y sus devociones, dando sosiego a su espíritu; en los hospitales encontrará descanso para su cuerpo y curación a sus dolencias. Así iba haciendo el camino el peregrino, dejando atrás pueblos y gentes, con su capa a los hombros, cada día mas pesada por los sudores y el polvo del camino.
La importancia de la ciudad de Astorga se ganó en la Edad Media, y su categoría de lugar principal entre León y Santiago, explican el aval histórico que ha dejado en ella la peregrinación. El peregrino salía “fuera de muros” por Puerta Obispo el Arrabal de Rectivía, donde se encontraba la capilla de “San Pedro de Afuera”, que tenía aneja una cofradía con el mismo título, a cuya historia haremos referencia en otro momento. Su advocación y emplazamiento nos recuerdan la capilla del mismo nombre en Santiago de Compostela y también la iglesia romana del “Quo Vadis”, dedicada al Apóstol Pedro.
Cofradía de Los Palmeros. Excelsior 19 de agosto 1.982.
Personas e instituciones han dejado su huella, su esfuerzo y su espíritu cristiano en la ruta jacobea. Dentro de éstas ocupan un lugar destacado las cofradías por la labor realizada en el fomento de la peregrinación. Sostenidas por la cuota de los cofrades, por las limosnas y por las fundaciones, uno de sus fines era la beneficiencia, acogiendo en sus hospitales a los enfermos y también a los peregrinos que iban a Santiago de Compostela, sobre todo en los años jubilares, cuando el número de romeros superaba la capacidad de los hospitales, que se iban creando precisamente con la finalidad de recibir a los peregrinos.
Una de estas cofradías con su hospital en el Arrabal de Rectivía, fue de “Los Palmeros”, “traficantes o comerciantes de palmas”. No sabemos la fecha de su fundación, pero de dicha cofradía se tiene noticia ya en el siglo XIII. Así en una escritura del año 1255 se nota lo siguiente: Sabam ellos que son como los que han de ser que yo Marina Romanez et mia fiya Marina Lourenzo fazemos carta de vendecion a vos confrades de la confreria del espital de los Palmeros de un vorto que hemos de patrimonio e de ganancia sola canpana de sant Feliz.
A principios del siglo XVI, el obispo D. Alfonso anexionó la cofradía de los Palmeros a la de San Esteban de Brimeda, que, al parecer, en estos momentos gozaba de gran prestigio y tenía una actividad muy floreciente. Todavía el nombre de “Los Palmeros” seguía figurando hasta el año 1502, fecha que de alguna manera marca la desaparición de esta cofradía.
Parece ser que el hospital propio de esta cofradía se encontraba ubicado junto a la capilla de San Pedro, al lado de la cual pasaba el Camino de Santiago, que también otros llamaron “camino francés”.
Hospital Santo Tomás de Cantorbery. Excelsior 20 de septiembre 1.982.
En el elenco de las instituciones hospitalarias ubicadas en la actual parroquia de San Pedro de Rectivía, hoy haremos mención de la cofradía y del hospital de Santo Tomás de Cantorbery.
Fue fundado este hospital por el canónigo Pedro Franco, quien en la escritura de fundación manifestaba que era “en honro” de “Santo Tomás de Cantorbery, para utilidad de los cofrades, canónigos y pobres”. Esta fundación se hizo en enero de 1195.
El hospital se encontraba situado en el lugar llamado de Puerta Obispo, y sus gastos eran sufragados por las cuotas de los cofrades y por las rentas de las heredades que le asignó su fundador, y que en la escritura de la que arriba dejábamos constancia, eran referidas de la manera siguiente: una yugada1 en Posadilla, un majuelo2, una suerte3, cinco solares, la cuarta parte de la iglesia de San Pedro, todo en el citado lugar de Posadilla. Dos yugadas con casas, solares y todo lo que tenía en Vega. Una yugada, casas, majuelo, huertas y cuanto tenía en Gerja, y un majuelo en Penilla, y el altar que había en la catedra, dedicado a dicho Santo.
En agradecimientos a los muchos beneficios que de la Iglesia Catedral había recibido, el canónigo Pedro Franco donó este Hospital a la Catedral. Correspondiento a esta atención, el obispo D. Lope que rigió los destinos de la diócesis desde 1190 a 1205, dio a este hospital la tercia de diezmos4 de Piedralba de Arriba, ocho sueldos de foro5 de Rectivía y cuatro en Gerga con los diezmos que pagaba a la Catedral el dicho hospital.
Durante casi 4 siglos subsistió este hospital, administrado por la cofradía de Santo Tomás de Cantorbery, cumpliendo los objetivos que su fundador había marcado. En el mes de marzo de 1585 el obispo Antonio de Torres lo unió al hospital de San Juan fundado para dar posada a los peregrinos jacobeos.
Capilla Los Mártires. Excelsior 21 de octubre 1.982.
Dentro de la presentación histórica que venimos haciendo de las Cofradías con sus respectivas capillas y sus hospitales, que surgieron en Rectivía y que son un índice de cómo ha ido el pueblo expresando su fe, hoy mencionamos la titulada “Los Mártires”.
Bien está que notemos desde ahora, que los mártires que honraban esta Cofradía, eran San Fabián, papa mártir del siglo III, y San Sebastián, militar que en un principio gozó del favor del Emperador Diocleciano, favor que se convirtió en condena al saber el emperador de la actividad de Sebastián como defensor de la Iglesia y de los cristianos.
A finales del siglo XV ya encontramos referencia de esta Cofradía y en los siglos posteriores las noticias sobre ésta son más frecuentes y nos las facilitan normalmente las escrituras de compra-venta que nos dan a conocer su alcance económico. No le faltaron a esta Cofradía las fundaciones como la que hizo el día 2 de febrero de 1485 el vecino de Astorga, Juan de la Puente, dando una heredad de 21 fincas en el término de esta ciudad y dezmario de Santa Marta, o la que en años mas tarde haría Juan García de Grijota, o la que en 1612 efectuaron el escultor Luis de Bena y su mujer Ana Martínez, obligándose la Cofradía a tener un aniversario perpetuo de diez misas cantadas.
Esta Cofradía, que no poseía grandes haberes, tenía un hospital que al parecer, estaba situado en la parroquia de San Miguel, pues una escritura de 1485 dice: Que los cofrades de los Mártires, San Martino y Santiago, estando juntos en el hospital de la dicha Cofradía tiene en la dicha ciudad a la colación6 de San Miguel, dieron a Fuertes Alonso, criado de la Señora Dña. Inés Osorio, una casa en San Miguel, por una heredad que produjera en renta dos cargas de trigo.
El hospital que existió hasta 1627, estaba ubicado en la calle de la Redecilla.
La capilla donde esta cofradía cumplía con sus obligaciones estaba en la calle, también conocida hoy, con el nombre de Los Mártires.
Hospital de San Lázaro. Excelsior 22 de noviembre 1.982.
Una institución religioso-benéfica, muy relacionada con el arrabal de Rectivía, fue la cofradía y el hospital de San Lázaro. Se encontraba situado este hospital y su iglesia en el lugar que todavía hoy lleva esta denominación entre Astorga y Valdeviejas.
En el ocaso de la Edad Media no faltó en los centros más significativos de población el hospital que había de recoger a los afectados por la lepra. Astorga, “luz eterna en los caminos, hospital y hospedería”, como alguien la ha definido -pues tenía entonces 22 hospitales-, prestó generosa atención a estos enfermos, siendo signo y prueba de esta preocupación la cofradía y el hospital a los que nos estamos refiriendo. No es que este hospital tuviera una relación directa con los que peregrinan a Compostela, pero estamos seguros que si algún peregrino se veía afectado por este mal, ahí encontraba acogida y curación a su mal.
A mediados del s. XIV tenemos noticia de esta cofradía a través de una donación hecha por María Fernández con esta referencia: “Item mando a los de Sant Lazaro una pitancia de pan e de vino et de carne”. A partir de esta fecha encontramos alusiones más frecuentes. Así, según Angel San Román, en 1558 el vecino de Rectivía, Alonso Andrés como mayordomo de la iglesia de San Lázaro, arrendó una heredad que esta iglesia tenía en Otero de Escarpizo. Años mas tarde, Juan Alvarez, nuevo mayordomo, hizo otro arriendo a Juan Nieto, de Rectivía, “una casa que la dicha ermita tiene en el distrito de ella, y una ración de los siete pedazos de la lumbre de San Lazaro en 60 reales con la condición que habeis de tener con bos en la dicha casa a maria alvarez vuestra hija pobre, plagada de la horden del señor sant Lazaro que al presente hesta en el dicho hospital”.
Pocos datos, pero suficientes, para ver la relación existente entre esta cofradía y hospital de san Lázaro y el arrabal de Rectivía.
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1 Yugada, espacio de tierra de labor que puede arar una yunta en un día (32 hectáreas).
2 Majuelo, viña.
3 Suerte, parte de tierra de labor, separada de otra u otras por lindes.
4 Diezmo, parte de los frutos, regularmente la décima, que pagaban los fieles a la Iglesia.
5 Foro, curia, y cuanto concierne al ejercicio de la abogacía y a la práctica de los tribunales.
6 Colación, territorio o parte del vecindario que pertenece a cada parroquia en particular.