A las once de la mañana del Domingo de Ramos, las campanas de Rectivía se vuelven niñas parlanchinas e incansables ...
Humilde y sencilla, modesta y pobre, la borriquilla -gozosa de tan dulce carga- en que cabalga Jesús con su ramita cimbreante también entre los dedos.
Los niños cantan gozosos el triunfo del Hijo de Jehová. Y el pueblo más sereno, corea el canto infantil y acompaña el triunfo de Jesús por las calles astorganas bajo un arco cimbreante de palmas en abanico.
Es la estampa primera, infantilizada y triunfal de la Semana Santa astorgana.
A. Quintana. Programa 1969
B. Velado Graña.
El Pensamiento Astorgano, 5.4.1977
Pedro de Paz, Pregón 1994.
El domingo de Ramos, era un día luminoso para los niños astorganos de entonces. No teníamos la suerte de contar con el paso de la Borriquilla, que se hizo años más tarde, pero si con la bendición de ramos en la Catedral.
Allá íbamos todos nosotros, gozosos por haber estrenado zapatos o calcetines (ya se sabe: “el domingo de ramos, el que no estrena nada no tiene manos”), a que el obispo nos bendijera los ramos que la víspera habían comprado en la plaza nuestras madres.
Y, sin saber muy bien por qué, empezábamos a entender que Dios era alegría.
J.L.Martín Descalzo. Pregón 1987
Textos del libro editado por la Junta Pro-fomento de la Semana Santa de Astorga en 1996.