Señor ... haz que tu Iglesia se mantenga siempre fiel a las enseñanzas de aquellos que fueron fundamento de nuestra fe cristiana. (Oración colecta de la festividad de San Pedro y San Pablo).
(D) En estos dos extremos de la parte central de la fachada del templo, desembocan los dos bloques temáticos representados en los laterales de la fachada. En el lado derecho (izquierda del espectador) se sitúa la figura del apóstol San Pedro, con el que se completa y concluye el tema de la Iglesia. En el lado izquierdo (derecha del espectador) se sitúa al apóstol San Pablo, con el que se concluye el tema del mundo de hoy a la luz de la Iglesia. Las representaciones de los apóstoles se hace en la línea tradicional de la iconografía cristiana, y con la tipología que se le ha designado desde los primeros tiempos del arte cristiano. Se le añade la simbología de las columnas sobre los que se presentan erguidos y mirando, cada uno de ellos, a Cristo y a María, la Madre del Señor y madre de la Iglesia.
San Pedro y San Pablo.
Esta es la única Iglesia de Cristo, que en el Símbolo confesamos como una, santa, católica y apostólica, y que nuestro Salvador, después de su resurrección, encomendó a Pedro para que la apacentara, confiándole a él y a los demás Apóstoles su difusión y gobierno, y la erigió perpetuamente como “columna y fundamento de la verdad”. Esta Iglesia, establecida y organizada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia Católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él (L.G.8). A estos apóstoles los instituyó a modo de colegio, es decir, de grupo estable, al frente del cual puso a Pedro, elegido de entre ellos mismos. Los envió primeramente a los hijos de Israel, y después a todas las gentes (vocación de Pablo, Rm.1,1-6), para que participando de su potestad, hiciesen discípulos de Él a todos los pueblos y los santificasen y gobernasen, y así propagasen la Iglesia y la apacentasen, sirviéndola, bajo la dirección del Señor, todos los días hasta la consumación de los siglos. (L.G.19).
Con Pedro, concluye el bloque temático de la Iglesia, representando en él a la parte jerárquica, querida por Cristo, para el cuidado de su Pueblo, al constituirlo como roca y signo de comunión y unidad con los demás apóstoles. La figura de Pedro, erguida sobre la columna, para significarlo junto con Pablo -y en la mejor tradición católica- como las dos grandes columnas donde se asentó la fundación y propagación de la fe Cristiana en el mundo. La tipología del apóstol Pedro es la ya tradicional primitiva cristiana, cabellos cortos y barba recortada y redondeada (la representación de Pedro va siempre unida a la de Pablo en el arte paleocristiano, repitiéndose siempre la misma tipología física). Porta el símbolo de la potestad otorgada por Cristo: las llaves, tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, ... A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos (Mt.16,18-19). La llave que representa al cielo, la sostiene el apóstol con la mano derecha, de abajo arriba, apuntando al cielo, es de color amarillo (luz de Dios) y su cabeza es circular, significando cosmológicamente al cielo. Unida por una anilla a la de la tierra, de color oscuro y con cabeza cuadrada, significando cosmológicamente a la tierra, en su dentado lleva la cruz invertida, signo -según la tradición- de su martirio.
Con Pablo, concluye el bloque temático del mundo de hoy a la luz de la reflexión eclesial, porque él es el apóstol de los gentiles, de todos aquellos que no eran pueblo de Israel, Pablo, siervo de Cristo Jesús, apóstol por vocación, escogido para el Evangelio de Dios ... para predicar la obediencia de la fe a gloria de su nombre entre todos los gentiles (Rm.1,1-5). La figura de Pablo, erguida sobre la columna, para significarlo al igual que Pedro, como las dos grandes columnas donde se asentó la fundación y propagación de la fe Cristiana en el mundo, misión de la que él se encargó especialmente. La tipología del apóstol Pablo también es la tradicional primitiva cristiana, siempre junto a la de Pedro, como ya hemos señalado. La tipología física que se atribuye a Pablo, es menos poblada de cabellos, incluso con calvicie, pero de barba densa y alargada terminada en punta. Porta en su mano derecha el rollo de sus escritos a las Iglesias de la gentilidad, y con la izquierda sostiene la espada, símbolo de su martirio y también del estilo penetrante y agudo con el que expone el mensaje del Evangelio.
Porque en los apóstoles Pedro y Pablo has querido dar a tu Iglesia un motivo de alegría: Pedro fue el primero en confesar la fe; Pablo, el maestro insigne que la interpretó; aquél fundó la primitiva Iglesia con el resto de Israel, éste la extendió a todas las gentes. De esta forma, Señor, por caminos diversos, los dos congregaron la única Iglesia de Cristo. (Prefacio propio de la festividad de San Pedro y San Pablo).
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