A las once de la mañana del Domingo de Ramos, las campanas de Rectivía se vuelven niñas parlanchinas e incansables ...

Humilde y sencilla, modesta y pobre, la borriquilla -gozosa de tan dulce carga- en que cabalga Jesús con su ramita cimbreante también entre los dedos.

Los niños cantan gozosos el triunfo del Hijo de Jehová. Y el pueblo más sereno, corea el canto infantil y acompaña el triunfo de Jesús por las calles astorganas bajo un arco cimbreante de palmas en abanico.

Es la estampa primera, infantilizada y triunfal de la Semana Santa astorgana.

A. Quintana. Programa 1969




Viene con palmas y olivos
del barrio de Rectivía
en tropel y algarabía
gritando hosannas festivos.

Los que ayer fueron cautivos
pasan cantando victoria,
y se renueva la historia
del Dios de la paz que brilla,
manso rey en borriquilla,
siendo el Señor de la gloria.

B. Velado Graña.
El Pensamiento Astorgano, 5.4.1977

Foto Ciberastor, marzo 2005 Un griterío inmenso confundía las calles que, entre vivas y hosannas, vestían sus calzadas con palmas atrevidas, pues hasta la cara del aclamado llegaban con sus dedos, con ramas de recio olivo y con laureles. En medio de la fiesta, vegetal y sonora, iba el Señor en una borriquilla y ofrecía sonrisas a los niños vestidos de Domingo que hasta sus manos pretendía saltar para tocarlas, bendecía a hombres y mujeres que le vitoreaban con sus gritos y, a hurtadillas, miraba complacido la palma bellamente entretejida, con una campanilla en lo más alto, que llevaba el obispo.

Pedro de Paz, Pregón 1994.


El domingo de Ramos, era un día luminoso para los niños astorganos de entonces. No teníamos la suerte de contar con el paso de la Borriquilla, que se hizo años más tarde, pero si con la bendición de ramos en la Catedral.

Allá íbamos todos nosotros, gozosos por haber estrenado zapatos o calcetines (ya se sabe: “el domingo de ramos, el que no estrena nada no tiene manos”), a que el obispo nos bendijera los ramos que la víspera habían comprado en la plaza nuestras madres.

Y, sin saber muy bien por qué, empezábamos a entender que Dios era alegría.

J.L.Martín Descalzo. Pregón 1987


Textos del libro editado por la Junta Pro-fomento de la Semana Santa de Astorga en 1996.