Revista Excelsior n.º 116, junio 1991
Continuando nuestro rastreo toponímico por términos de Boisán, hallamos el paraje denominado LA BRAÑA, al Oeste del pueblo, entre Boisán y Valdedillo. La Braña es hoy tierra de cultivo, pero anteriormente tuvo otro destino. La aplicación de este vocablo es muy frecuente en nuestra provincia y fuera de ella. Veamos:
BRAÑAS.- hay 4 localidades en nuestra provincia con esta denominación: La Braña (una en el Municipio de Vega de Valcarce y otra en el de Valdeteja), Brañas (en el Municipio de Vega de Valcarce) y Brañuelas, diminutivo de Brañas, en el Ayuntamiento de Villagatón. Todos estos nombres tienen su apoyatura en el término latino “veranea” y hacen alusión a poblados surgidos en parajes destinados a pastos de verano. Deben, por tanto, su origen a un asentamiento definitivo de antiguos pastores trashumantes. En la “Toponimia de la Diócesis de León”, de Luis López Santos, se hallan catalogados un “Branias” y un “Labranam”, existentes ya en el siglo X, revelándose como formas de transición del “veranea” latino a La Braña y Las Brañas actuales. En el mismo siglo aparece también en el citado documento el término “Brañosera”, compuesto de “Veranea” y “Osaria”, que significa “braña donde abundan los osos”. Según Menéndez Pidal, el fuero de población mas antiguo que se conoce es el destinado, precisamente, a la repoblación de una braña. Se trata de la “Brania Ossaria” (hoy Brañosera), al norte de la provincia de Palencia, poblada por el conde Nuño Nuñez, tatarabuelo de Fernán González.
Por lo que afecta al diminutivo Brañuelas, parece de origen mozárabe, puesto que la derivación directa del latín hubiera dado “Brañolas”. La sufijación -uela, -uelas es característica del dialecto mozárabe. Por un proceso de este tipo la antigua ciudad de Auriola, por ejemplo, se convirtió en la actual Orihuela.
La abundancia de pastos y fauna variada en nuestro suelo aparece ya consignada en antiguos textos, que no son parcos en la emisión de alabanzas en tal sentido. Así como en las brañas se aprovechaban, y aún se aprovechan, los pastos de altura para sostener los ganados durante el verano, se aprovechaban asimismo ciertos lugares resguardados y soleados para pastar los ganados en la estación opuesta. Eran los “emberniegos”, citados en viejos documentos que hacen referencia a los pastos de invierno. En los parajes de montaña es frecuente hallar junto a las brañas lugares denominados “cetrera” o “cetraria”, que se refieren a la abundancia de caza y justifican el calificativo ya dado por los romanos. Calificativo que hace referencia a la caza en general. Por cuanto se refiere a las aves, la caza de las mismas, especialmente con halcones amaestrados, se practicó mucho en la Edad Media entre la clase aristocrática, llegando a constituir un verdadero arte denominado “arte de cetrería”.
El topónimo “cetrera” existe también en Boisán. Se trata de LA CETRERA, en el curso alto del Río de Valdespino, y PEÑA CETRERA, donde nace el Arroyo de Valle Prado, ya en término de Filiel.
Lindando con “La Braña” de Boisán está LA CHANA, topónimo asimismo frecuente en otras localidades. Significa “La Plana”, es decir, “tierra llana”. Se refiere a llanura generalmente entre terreno accidentado. Cuando va en masculino es “el chano”, con referencia al terreno.
Antonio Justel Carracedo