Revista Excelsior n.º 108-109, octubre-noviembre 1990

No es noticia ya, que estamos rifando un coche a favor de la obra de Boisán: las rifas andan ya por la calle hace unos veinte días. Sin embargo, me gustaría que todos conocieran más detalles.

El cochecito lo ha regalado un joven de Rectivía. Ahora no vive aquí, pero durante muchos años estuvo en el grupo de Aire Libre. Un buen número de chicos y chicas del barrio conservan de él muy gratos recuerdos. Su deseo es que lo obtenido de la rifa vaya íntegramente destinado a la obra de Boisán. El mismo se encargó de conseguir que los fabricantes del coche regalaran las rifas, con lo cual nos hemos ahorrado las 92.000 ptas. que costó la impresión. A él, por lo tanto, tenemos que agradecerle todo esto, y también el segundo y tercer premio anunciados.

Algunas personas han preguntado cuánto cuesta el cochecito. La verdad es que yo no sé lo que a él le habrá costado; únicamente puedo decir que, según mis informaciones, en el Corte Inglés lo han estado vendiendo en torno al medio millón de pesetas.

Las rifas se han distribuido en establecimientos de Astorga, para su venta. También se han enviado a muchos amigos de fuera de Astorga, con idéntico fin. La comisión encargada a efecto -cinco padres- han salido varios días de fiesta para vender en algunos pueblos y ciudades; piensan seguir haciéndolo. Pensamos salir por las casas de Rectivía a fin de que todos puedan tener la oportunidad de colaborar en una obra, que es de todo el barrio; pero, deliberadamente, lo hemos dejado para más adelante con el fin de intentar vender aquí las que nos vayan devolviendo de otras partes. Agradecemos de antemano la buena acogida que estamos seguros usted prestará a los que llamen a su puerta. Gracias, de verdad.

Está costando mucho trabajo esta rifa; pero no nos queda otra solución si queremos seguir adelante con la obra. Seguiremos intentando conseguir alguna subvención, pero las perspectivas no son nada halagüeñas.

Revista Excelsior n.º 110, diciembre 1990

El cochecito, la gran cesta de Navidad y el jamón serrano tendrán su dueño el día 22 de diciembre.

Como saben se ha intentado vender el mayor número de rifas fuera de Rectivía en una primera fase. Ahora es posible hacer aquí lo que no sería posible hacer a estas alturas en Madrid o en los pueblos: intentar vender lo sobrante.

No se trata de forzar a nadie, como tampoco se trata de vender las rifas a costa de lo que sea. Lo de Rectivía es diferente a los demás: es una obra del Barrio y, aunque la hagamos nosotros, porque alguien tiene que hacerla, va a ofrecerse a los demás en una cristiana comunicación de bienes, por más que seamos los más pobres. Por tanto, la Comisión no trata de vender rifas para sacar más dinero, como tampoco debería nadie del barrio comprar una rifa para que le dejen en paz, y así cumplir. Se trata de echar una mano en una obra que es de todos nosotros; en consecuencia, compro veinte o cincuenta rifas, o no compro ninguna; colaboro o no colaboro, según mi manera de pensar.

Amigos de Rectivía, nos gustaría que esta sinceridad por parte de la Comisión encontrara su correspondencia en cada vecino del Barrio, colabore o no. Además, de esta forma, nadie se sentirá señalado con el dedo por ir en una lista o no.

Por tanto, a partir del miércoles, que es cuando los chicos comienzan sus vacaciones, ellos saldrán por las casas ofreciendo las rifas. Sin duda no pocos ya las habrán adquirido en establecimientos; los chicos quedarán muy satisfechos al saberlo. Los muchachos intentarán ser muy delicados con todos; tenemos la completa seguridad que cada vecino de Rectivía los será con ellos.

NOTA.- Dado que se ha tomado esta determinación, queda suprimida este año la tradicional colecta extraordinaria para obras parroquiales en Navidad.