El 18 de enero de 2025 se iniciaron los actos relativos al Cincuentenario con una conferencia a cargo del arquitecto del barrio D. José Luis de la Iglesia López, en el salón de actos de la iglesia de San Pedro de Rectivía.
Conferencia sobre los 50 años de la Iglesia de Rectivía
Antes de comenzar con mi exposición me gustaría agradecer a la Junta del 50 aniversario de la Iglesia de Rectivía y a Don Blas en particular el haberme dado esta oportunidad para poder bucear en una historia tan bonita como la de nuestro barrio y de paso poder explicar las peculiaridades de nuestra preciosa iglesia.
Dicho esto, me gustaría realizar una advertencia, yo no soy un especialista en arte sacro, pero desde la experiencia de lo vivido, trataré de suplir mis posibles carencias con el cariño de quien creció entre estas cuatro paredes. Además, el objetivo de esta conferencia no es el de hacer una disertación erudita de temas técnicos y arquitectónicos, sino que lo que se pretende es acercar el templo y la historia de la parroquia a todos los ciudadanos desde un prisma didáctico y sentimental.
Esta conferencia se titula “La Iglesia del barrio” y es el primero de los actos organizados con motivo del 50 aniversario de nuestro templo.
Se va a realizar un acto al menos en cada uno de los meses del año.
En febrero tendremos una ponencia sobre D. Patricio Vara, sacerdote de esta parroquia durante 50 años y verdadero impulsor del desarrollo del barrio, tanto social como espiritualmente.
El mes de marzo se dedicará a la música, con sendos conciertos del organista Roberto Fresco y de la Coral Excelsior y así completaremos el año con diversos actos conmemorativos.
Desde aquí os animo a participar en todos ellos, pues es una forma fantástica de crear parroquia y conocer la historia del barrio que es nuestra propia historia.
No podemos entrar directamente a hablar de un edificio, sin estudiar el contexto en el que se desarrolla, en nuestro caso el contexto al que nos referimos se refiere, por supuesto, al barrio de Rectivía de Astorga.
Voy a retroceder en el tiempo todo lo posible porque creo que todos los datos que podamos aportar sobre lo que nos ocupa, son importantes. Además, siempre es buena idea acercarnos a la rica historia de nuestra ciudad.
Creo que este estudio nos permitirá entender mejor a las gentes que habitaron este barrio y esta ciudad antes que nosotros, y se enfrentaron con valentía a los muchos problemas que el camino de la vida les propuso.
Ellos son los artífices de que hoy podamos disfrutar de una bella ciudad como es Astorga y de un fantástico edificio como es esta iglesia de San Pedro de Rectivía. En los cimientos de este edificio y en tantos otros de nuestra ciudad están cinceladas las vidas de todas esas gentes que nos precedieron.
Echando un vistazo a los planos de Astúrica Augusta podemos ver que, generalmente, estos planos sólo hacen referencia al recinto amurallado, con sus calles, el foro y las puertas de la ciudad. No existen, aparentemente, construcciones extramuros, por lo que podría parecer que en la zona que hoy ocupa nuestra parroquia no habría por entonces ningún habitante.
Buceando por los planos de información del nuevo Plan de Ordenación Urbana de Astorga he encontrado un plano en el que se sitúa una necrópolis romana, al noreste de lo que hoy es el Barrio de Rectivía, que ocuparía una superficie limitada al sur por la Calle Matadero Viejo, al este por la Calle Alcalde Pineda, al norte llegaría hasta la Calle Pedro Junco y al oeste, hasta la Calle Río Tuerto.
Por lo tanto, es muy posible que, aunque en los documentos gráficos no vengan reflejados, ya en época romana nuestro barrio estuviera ocupado por habitantes de la ciudad que bien pudieran ser labradores o comerciantes cuya actividad estaría vinculada a la de una de las puertas más importantes de la ciudad romana, la de Puerta Obispo.
Y digo esto, porque es precisamente en Puerta Obispo (el acceso desde el recinto amurallado a Rectivía) donde el historiador D. José Luis Vicente González sitúa “La Milla 0” de Astúrica. Este punto sería, al igual que la Puerta del Sol de Madrid, el inicio de los importantes itinerarios que tenían origen en lo que fue Astúrica Augusta.
Tras producirse las invasiones bárbaras, el establecimiento de los suevos en el territorio de la antigua Gallaecia en torno al año 410 d.c. hizo que la ciudad sufriera las primeras destrucciones y saqueos.
Astorga tuvo que soportar el saqueo por parte de los visigodos en dos ocasiones: en primer lugar, por Teodorico II en 459 y, en segundo lugar, por Leovigildo en 569.
Debido a todo ello, Astorga perdió su condición de capital de convento jurídico, así como el sistema político y administrativo romano, y el protagonismo recayó, desde ese momento, en la ciudad de León.
Año 714, con motivo de la conquista musulmana de la península ibérica, Astorga sufrió un nuevo saqueo a manos de Tarik, en su avance hacia el norte de la península.
La buena condición de la que hoy disfruta la ciudad como “Cruce de caminos” fue durante el primer milenio de nuestra era, la razón por la cual nuestros antepasados sufrieron toda clase de penurias y desgracias.
Hasta el año 853, con la repoblación promovida por el rey Ordoño I, nuestra ciudad no resurgiría de sus cenizas. Esta repoblación se realizaría, sobre todo, con gentes provenientes del Bierzo y de Galicia, pues las gentes originarias de la ciudad habían desaparecido en su totalidad.
A lo largo de los siglos XI y XII, el Camino de Santiago se consolida como camino de peregrinación, lo que constituye un resurgimiento de todas las ciudades por las que este camino transita.
En concreto, Astorga experimenta un aumento de población muy acusado, lo que le permite acometer nuevos e importantes proyectos: se levantan nuevas murallas, se inician las obras de la antigua catedral, se construyen hospitales y surgen con fuerza los arrabales.
Estos arrabales son zonas situadas fuera de las murallas de la ciudad donde se instalan labradores y jornaleros cuya actividad está fuertemente vinculada al campo.
Tres son los arrabales de Astorga: Rectivía, Puertaderrey y San Andrés. De los tres, el barrio que mayor relación guarda con el Camino de Santiago es el barrio de Rectivía, puesto que el Camino de Santiago oficial en nuestra ciudad sale del recinto amurallado por Puerta Obispo, recorre toda la Calle San Pedro, pasa al lado de nuestra iglesia y cruza la Carretera Madrid Coruña para salir de la ciudad con destino Galicia.
Hoy, con el nuevo impulso que el Camino ha tomado en los últimos años, los peregrinos forman parte del paisaje del barrio, y constituyen uno de los pilares más importantes de la economía de la ciudad.
¿Cómo eran los primeros pobladores de nuestra parroquia? Eran labradores y jornaleros, gente humilde y trabajadora. Sus viviendas eran pequeñas construcciones unifamiliares, de una sola planta, construidas con muros de tapial y cubierta de paja.
Para poder hacernos una idea de lo humildes que eran los habitantes de los arrabales de la ciudad, en comparación con las gentes que habitaban el centro, en 1496 se ordena por parte del Ayuntamiento de la ciudad que todas las viviendas de los arrabales se cubran con teja. Aquellos ciudadanos que no cumplieran con esta orden estarían obligados a pagar una multa.
Un documento muy curioso que me he encontrado al bucear en la historia de nuestro barrio es el de “Las ordenanzas históricas del barrio de Rectivía”. Estas ordenanzas están guardadas en el Archivo Histórico Provincial y datan del año 1725.
Tienen por objeto la Conservación y el Buen Gobierno de los frutos y ganados pertenecientes al arrabal de Rectivía y son una serie de normas que los habitantes del barrio se obligaban a cumplir a sí mismos para salvaguardar sus cosechas y sus animales.
Estas ordenanzas están colgadas en la fantástica web que tenemos en la parroquia www.rectivia.org y que desde aquí animo a todos a visitar para conocer un poco mejor nuestro barrio, su historia, sus calles y sus gentes.
Posteriormente, nuestro barrio tuvo un papel muy importante en los famosos Sitios de Astorga, protagonizados por las tropas napoleónicas a comienzos del siglo XIX, que hizo llegar hasta nuestras tierras al famoso emperador francés.
Fue Rectivía la zona por donde los ataques franceses fueron más encarnizados, ya que el flanco oeste de la muralla era el lugar más accesible. Puerta Obispo era la puerta a la ciudad donde menor diferencia de cota existían entre el interior y el exterior de la muralla, por ello, era más sencilla de atacar.
En los registros de la batalla consta que el arrabal de Rectivía fue incendiado y saqueado en su totalidad. Según los registros de la época, Rectivía estaba compuesta por unas 140 casas que fueron arrasadas.
En una publicación realizada en el número 12 de la revista Argutorio, el historiador D. Francisco Quirós, realiza un estudio sobre el padrón de la ciudad de Astorga en el año 1836, donde se reflejan las ocupaciones de los varones activos de la ciudad en los diferentes barrios.
En esa fecha se totalizan en el arrabal de Rectivía: 1 empleado, 7 comerciantes, 16 artesanos, 7 subalternos, 29 jornaleros y 29 labradores.
Esta cantidad de trabajadores constituye un poco más del 11% de la totalidad de los trabajadores de la ciudad. Mientras que los otros dos arrabales, el de San Andrés y el de Puertaderrey tienen cada uno de ellos una población cercana al doble de la de Rectivía. Por lo tanto, en esa época, Rectivía todavía era un barrio pequeño, nada que ver con lo que se convertiría posteriormente.
Por otro lado, la suma de jornaleros, labradores y artesanos de Rectivía en 1836 constituye el 83% de los varones ocupados en del barrio. Lo que nos revela que los habitantes de Rectivía seguían fuertemente vinculados a las labores de labranza y del campo.
En un plano de la ciudad fechado en 1901 me llaman la atención dos elementos curiosos:
Todavía en 1901 el barrio seguía siendo un pequeño arrabal.
Otro hito importante para nuestro barrio fue la instalación del Cuartel de Santocildes en sus dominios. Con este hecho dio comienzo la época de expansión y crecimiento de nuestro barrio que tuvo su momento culminante a finales del siglo XX.
En 1921, el Ayuntamiento de Astorga ofrece al Ministerio de la Guerra un solar de unos 80.000 metros cuadrados en la zona de los Chanos, perteneciente al barrio de Rectivía.
En 1922 comienzan las obras y a finales de octubre de 1923 se entrega la obra terminada al Ministerio de la Guerra.
Es en 1939 cuando en el Cuartel de Santocildes se celebra por primera vez la festividad de Santa Bárbara, con la peculiaridad de que, pese a que el cuartel pertenece a la parroquia de Rectivía, la misa se tiene que celebrar en la iglesia de San Bartolomé, puesto que, como hablaremos posteriormente, la antigua iglesia de Rectivía no reunía las condiciones necesarias de capacidad para albergar una celebración de este tipo.
En la posguerra, el barrio sufrió las penurias de un país empobrecido por la guerra. A partir de este momento ya tenemos diferentes documentos gráficos que nos permiten hacer un estudio más pormenorizado del barrio y su configuración urbanística.
En esta imagen aérea de 1956, que muestro en comparativa con una ortofoto actual, podemos ver cómo la mayoría de la población del barrio vivía en torno a las calles León, San Juan, Matadero, San Pedro y la Calle el Sol.
El resto de los terrenos del barrio, sobre todo en las inmediaciones de la Carretera Madrid Coruña, de la Avenida de Ponferrada y más allá, eran huertas y campos de labranza, aunque ya se pueden ver algunas de las construcciones realizadas en la postguerra para vivienda colectiva y social como son las viviendas de las Casas Baratas.
La antigua iglesia de Rectivía
En esta maravillosa imagen tomada en 1961, se pueden apreciar muchos detalles de la forma de vida de los astorganos de esa época. Se pueden ver los andamios en la torre noroeste de la catedral y también podemos ver una porción muy importante de las edificaciones del barrio en ese momento.
Son en su mayoría viviendas unifamiliares de una o a lo sumo dos plantas, con muros de tapial encalados y cubierta de teja.
Llama la atención el pobre asfaltado de la Calle El Sol, la calle Matadero Viejo y la Calle San Juan, en las que ni siquiera existen aceras.
Mientras que el centro de la ciudad disfrutaba de calles urbanizadas y bien asfaltadas, en los arrabales como Rectivía, tuvimos que esperar hasta casi el siglo XXI para que todas nuestras calles fueran urbanizadas.
Lamentablemente la preciosa imagen se corta justo en el momento en el que se vislumbra la primera esquina de la antigua iglesia de Rectivía.
Y digo lamentablemente porque encontrar una imagen donde se pueda apreciar de manera global la antigua iglesia de Rectivía me ha sido completamente imposible.
Sí que es conocido este cuadro que el pintor Martín Prado le dedica a Luis Alonso Luengo en 1949, donde se puede apreciar la espadaña de la iglesia desde el inicio de la Calle León.
Existen referencias que nos dicen que ya en el siglo XI había una antigua iglesia en ese solar que se llamaba la iglesia de “San Pedro de Afuera”, para distinguirla de la iglesia de “San Pedro de dentro” que estuvo donde hoy se encuentra la Plazoleta de San Miguel, dentro del recinto amurallado.
También sabemos que la iglesia fue ampliada en 1952 según planos del contratista D. José Luengo Cabo.
Gracias a esta documentación y a alguna vieja fotografía de boda familiar donde se aprecia de manera parcial el interior de la iglesia, el arco de entrada y la esquina que daba a la Calle San Pedro y a la plaza que hoy llamamos de D. Patricio, he podido realizar un boceto de lo que creo sería la iglesia antigua.
Lo que llama la atención a primera vista es la espadaña del edificio que se hallaba situada en su fachada noroeste. Esta espadaña era similar a las que tienen en la actualidad otras iglesias de la ciudad, como la iglesia de Fátima o la iglesia de San Francisco.
Seguramente haya gente que conserve imágenes reales del edificio. Aunque he puesto todo de mi parte, es posible que esta reconstrucción no sea tan fiel a la realidad del edificio como a mí me gustaría. Por supuesto, si alguien tiene imágenes reales de la iglesia antigua, estaré encantado de verlas y de documentarlas.
El propio don Patricio solicitó en el año 2004 a través de la revista Excelsior imágenes de la antigua iglesia a los parroquianos, pues decía él que con las prisas por hacer la nueva iglesia se había olvidado de sacar fotos al antiguo edificio.
Según la documentación que conservamos, la iglesia ocupaba una superficie rectangular de 16 metros de ancho por 20 metros de profundidad. Estaba dividida en tres naves con arquerías, tenía planta de cruz latina y el altar se situaba en la cara este del edificio, por lo que la orientación que tenía era precisamente la contraria a la iglesia actual.
Disponía de un único acceso al edificio por la Calle San Pedro a través de una puerta con arco de medio punto y según el plano, tan solo tenía 5 pequeños huecos por donde entraba la luz natural.
Para hacernos una idea de las reducidas dimensiones de la iglesia podemos decir que la superficie reservada a los fieles era un poco más de un tercio de la superficie de la iglesia actual.
En resumen, era un espacio pequeño, poco iluminado y que, además, tenía serios problemas estructurales, pues en enero de 1971 el Obispo de aquel entonces, D. Antonio Briva Miravent, redactó un decreto por el que se obligaba a cerrar la iglesia al culto, debido a su estado ruinoso, como medida de seguridad para salvaguardar la integridad de los fieles.
Un mes después, el Santísimo junto con todo aquello que merecía ser rescatado de la vieja iglesia era trasladado a un local de la parroquia habilitado al efecto, y el 10 de agosto de 1971 se derribada la antigua iglesia hasta sus cimientos.
Una oportunidad
D. Patricio había llegado a la parroquia en el año 1963, por tanto, en ese momento ya llevaba al frente de la joven parroquia casi 10 años.
Ya hemos hablado del tipo de feligreses que había tenido siempre el barrio, labradores y jornaleros, gente humilde y trabajadora que bastante tenía con llevar un plato de comida todos los días a su mesa.
Y en ese momento, en el que la parroquia se quedaba sin lugar de culto, poco o nada podían contribuir a la construcción de una nueva iglesia. Pero D. Patricio conocía perfectamente a su parroquia y vio en aquel contratiempo una fantástica oportunidad para conseguir el sueño de crear una Iglesia con letra mayúscula, como él siempre soñó.
Don Patricio pensó en un nuevo edificio adaptado a los nuevos tiempos que diera cabida a todos los parroquianos y que sirviera a la vez de edificio de culto y de edificio de servicio público, que funcionase como condensador social de las gentes del barrio.
El edificio no debía ser tan sólo una Iglesia, don Patricio pensó en un Centro Parroquial y surgieron estos bajos donde en los años posteriores se realizó una imponente labor social. Estos bajos fueron el núcleo generador de la Iglesia con mayúscula, como don Patricio había soñado.
¿Cómo conseguir el dinero para pagar las obras...? Don Patricio lo tenía claro: con trabajo, oración, valentía, confianza ciega en sus feligreses y por supuesto mucha fe en Dios.
El día 8 de mayo de 1972, después de una subasta pública, se adjudican las obras imprescindibles para cubrir aguas, al joven empresario del barrio, Sindo Castro por el importe de 4.904.249 pesetas. El 2 de junio de ese mismo año comienzan las obras.
Los encargados de realizar el proyecto fueron los arquitectos leoneses Ceferino Bada y Ángel Mirones, conocidos por su labor posterior en el famoso edificio de la capital leonesa al que llaman “el edifico del Chocolate” situado en la Plaza de la Inmaculada. Estos arquitectos realizaron también la nueva iglesia de San Justo de la Vega, en la que podemos ver muchos elementos comunes a nuestra iglesia.
Bada y Mirones trabajaban por aquel entonces con un aparejador del barrio que se llamaba José Manuel Pérez García, gran profesional y gran persona, que junto con Sindo Castro fueron los artífices de la correcta ejecución de los planos diseñados por Bada y Mirones.
Sobre el solar de la antigua iglesia y los anexos que se pudieron adquirir por la parroquia, crearon un templo moderno con mayor espacio y luminosidad.
Un edificio que recuerda a una gran nave que emerge su proa hacia el cielo en un esfuerzo de vencer la perpendicularidad natural. Sus muros son de ladrillo visto y la cubierta de pizarra. Los aleros de la cubierta se rematan con piezas prefabricadas de piedra.
Pero ¿por qué se proyectó un edificio tan diferente al resto de las iglesias existentes en la ciudad? La respuesta nos la da el Concilio Vaticano II.
Entre los años de 1962 y 1965 se celebró el Concilio Vaticano II que marcó un profundo cambio en la Iglesia Católica, con implicaciones significativas en la arquitectura religiosa y la construcción de nuevos templos. Este concilio, convocado por el papa Juan XXIII, buscó adaptar la Iglesia a los tiempos modernos, promoviendo una renovación litúrgica y pastoral.
Se promovieron cambios tanto en la disposición interna de los templos como en el diseño arquitectónico general.
- La liturgia debía ser participativa, con la comunidad como protagonista, lo que impulsó el diseño de templos con espacios más grandes y más abiertos.
- Se promovió una arquitectura más sobria y funcional, eliminando adornos excesivos, centrándose en los elementos esenciales del culto.
- La luz natural adquirió un papel importante en el diseño, simbolizando la presencia divina.
- La utilización de nuevos materiales como el acero laminado y el hormigón, facilitaron los nuevos diseños.
El proyecto de la nueva Iglesia de San Pedro de Rectivía respondió con creces a los requerimientos que el nuevo Concilio había marcado.
Bajo mi punto de vista, a la hora de diseñar esta iglesia los arquitectos se vieron influenciados por la iglesia del barrio de Canillas de Madrid realizada a principios de los años 60 por el arquitecto Luis Cubillo de Arteaga.
En ella podemos ver varias analogías, tanto en el diseño de la estructura de pórticos metálicos que generan la gran nave donde se desarrolla todo el culto, como en el tratamiento de la luz natural con vidrieras de colores en los laterales de la iglesia y en el frontal.
No creo que sea descabellado pensar que Bada y Mirones habían pensado rematar el gran lucernario triangular de nuestra iglesia con un diseño de vidriera muy similar al que tiene esta iglesia madrileña.
Obra
La idea que tuvieron los promotores del proyecto de la nueva iglesia fue la de realizar, en un principio, únicamente, las obras necesarias para poder realizar actos litúrgicos sin que lo impidieran las condiciones meteorológicas, o sea, que mientras se celebrara la misa no se mojaran los asistentes. Luego, ya con el tiempo, con las aportaciones de los feligreses y con la ayuda de Dios, se iría completando la iglesia.
Como ya he comentado, las obras empezaron en 1972, realizando primero, como es lógico, la excavación de los semisótanos, para seguir con los muros de contención laterales y el forjado de techo de sótano.
Al principio, la obra no llama la atención de los transeúntes, pues aparentemente era una obra más.
Es a comienzos de 1973, en el momento que se empieza a colocar la estructura de cubierta, cuando el edificio empieza a tomar su cariz singular.
Una estructura de pórticos de acero laminado, que reflejan una gran pericia de los autores del proyecto y de los ejecutores de la obra.
Llama la atención la esbeltez de los pórticos y la superficie alabeada de la cubierta. El pórtico más grande tiene una luz de 24 metros y una altura de 13, lo que constituye una altura superior a la de un edificio de 4 plantas.
A finales de 1973, en la nueva iglesia ya se celebraban bodas y misas. Si bien, nunca hubo una inauguración oficial del templo, pues la obra No estuvo nunca acabada.
No había puertas, no había vidrieras, no había solados, no se había rematado la obra, pero el edificio ya cumplía su principal objetivo: poder realizar actos litúrgicos sin que los asistentes se mojaran.
Las razones de esta forma de proceder por la Junta de Obras de la Parroquia son muy fáciles de entender si nos fijamos en que el barrio siempre fue un barrio pobre de gente trabajadora y su parroquia, una parroquia de barrio sin recursos económicos.
Y es que, en noviembre de 1972, tan sólo cuatro meses después de haber comenzado la construcción de la iglesia, la Junta de Obras enviaba una publicación a todo el barrio que se puede entender como una llamada de auxilio.
La publicación llevaba el nombre de “Nuestra Iglesia” y decía lo siguiente:
Quiere NUESTRA IGLESIA, en primer lugar, informar. Que todos estemos al día de la marcha de esta obra, precisamente porque es de todos y a todos atañe. Que las alegrías no sólo sean de la Junta, sino de todos; y que las preocupaciones sean copartidas por todos también.
En segundo lugar quiere se NUESTRA IGLESIA una llamada. Llamada de la Junta solicitando la colaboración de toda la familia parroquial. Un día os pediremos una cosa, otro día otra. Según lo que necesitemos en cada momento.
Pues bien, si nos prestan 25.000 ptas. de ésas, nosotros le damos una garantía absoluta y nos comprometemos a devolverlas en el momento que nos las pidan, como si es a los ocho días de haberlas prestado. Es como si ustedes las tuvieran en casa o en un banco. Esta es, amigos, nuestra llamada de hoy.
Como vemos, el tema económico fue el principal problema con el que se encontraron los promotores del Centro Parroquial.
D. Patricio era una persona tremendamente metódica y dejó por escrito todos los gastos y los ingresos que se iban haciendo en las diferentes obras que proyectó.
Con una preciosa letra, dejó constancia uno por uno de los camiones de escombros que se utilizaron en el derribo de la vieja iglesia, de las hacenderas con las que los parroquianos remataron los sótanos del edificio, de los ingresos que iba haciendo al contratista y de tantas otras cosas.
En estas libretas están guardados los donativos de los feligreses, unos nominativos y otros muchos, anónimos, que fueron imprescindibles para que poco a poco el Centro Parroquial de Rectivía fuera tomando forma.
En febrero de 1981 se publicaba la primera revista de Excelsior de la parroquia, que era una hoja informativa, que nacía para ser el mensajero entre todos los parroquianos, con el lema Excelsior. “Siempre más alto”
En Excelsior se publicaban regularmente las cuentas de la parroquia y también todas las actividades que se iban realizando en estos bajos, para que la totalidad del barrio fuese consciente del movimiento social que en este Centro Parroquial se desarrollaba.
Aquí, los jóvenes de la parroquia aprendimos música, teatro, hicimos rutas al aire libre, actividades audiovisuales, hubo clases de heráldica, nos preparamos para participar en la maratón colectiva de 1982, recorrimos los pueblos abandonados de la provincia, aprendimos contabilidad, aprendimos a coser, incluso aquellas personas cuya situación personal no les había permitido tener una formación académica adecuada, tuvieron la oportunidad de sacarse el graduado escolar en estos bajos.
En ese momento el barrio estaba en expansión. A raíz del PGOU del 76 y también del PGOU de 1985 Rectivía se convirtió en un barrio residencial con viviendas colectivas de mayor altura, en el que paulatinamente los labradores y las gentes que trabajaban en el campo fueron desapareciendo.
Poco a poco, el edificio de la Iglesia fue convirtiéndose en aquello que habían soñado sus promotores.
En el año 1976 se colocaron las preciosas vidrieras de los laterales de la iglesia, obra del escultor zamorano Higinio Vázquez. En los archivos de don Patricio, podemos ver la carta de aceptación del presupuesto y los ingresos realizados al artista, también podemos leer que el artista, además de diseñar la vidriera de la entrada, estuvo trabajando en el diseño de la vidriera del altar mayor. En los archivos de Don Patricio, no he conseguido encontrar ninguna referencia de ese proyecto.
En agosto de 1982 se inaugura la Capilla, obra del escultor José Luis Sánchez. La ceremonia de inauguración de la capilla es dirigida por el Obispo Antonio Briva Miravent.
En diciembre se hace necesario colocar una verja al comienzo de la escalinata de entrada a la iglesia.
En la revista Excelsior se decía textualmente: “Hoy ha sido colocada en la fachada principal de la iglesia la verja. La necesidad nos ha obligado, a pesar de que sabemos que una reja huela a separación, cárcel...”
Y es que para don Patricio el edificio era un símbolo de apertura y de libertad, y una reja simbolizaba todo lo contrario.
En febrero de 1988, 15 años después de que las primeras liturgias se celebraran en la iglesia se colocaban los bancos definitivos. Al principio se utilizaron los bancos de la iglesia antigua, posteriormente se utilizaron los bancos del recordado cine Capitol y finalmente, gracias a la colaboración de toda la parroquia, en 1988 se pudieron comprar los bancos definitivos.
En el año 1990, las miradas de don Patricio se centran en el campamento de Boisán. Todos los recursos que llegan a la parroquia se emplean en construir un campamento de verano que pueda albergar a los jóvenes de la parroquia y las obras necesarias para finalizar la iglesia se paralizan.
Mucha gente no entendía por qué todos los recursos de la parroquia se dedicaban a Boisán, cuando la fachada de la iglesia estaba todavía por terminar. Don Patricio tenía sus razones.
En el año 1993, el maestro ebanista del barrio, Enrique Morán, propuso la realización de un proyecto para rematar el altar de la iglesia, que consistía en dos brazos gigantes que sostenían un cristo crucificado. Del proyecto, tan sólo se pudo realizar el cristo, que, hoy bautizado como el Cristo del Amor y del Perdón, preside el altar de nuestra iglesia y es sacado en procesión por la Cofradía de las Palmas en la Semana Santa astorgana.
En el año 1997 se comienza en los bajos de la parroquia a trabajar en los mosaicos.
Es posible que don Patricio pensara en los mosaicos con el doble objetivo de, por un lado, rematar la iglesia y por otro ayudar a las personas ociosas del barrio a tener una actividad en la que pensar.
A partir de 1998, después de una larga espera, se empiezan a colocar, poco a poco los mosaicos de la iglesia.
Podría hablar del significado de todos los mosaicos de la iglesia, pero no quiero alargar esta ponencia excesivamente pues en el mes de octubre habrá una ponencia centrada exclusivamente en los mosaicos, pero sí quiero comentar que el creador desinteresado de todos los dibujos de los mosaicos fue don Juan Antonio Noriego, quien nos dejó repentinamente en agosto de 2023. Y también comentar que la idea general de todos los mosaicos de la iglesia también está basada en las ideas de renovación y apertura del Concilio Vaticano II.
Finalmente, en el año 2022, cuando tenía la responsabilidad de la concejalía de Urbanismo de esta ciudad, recibí la visita de don Blas a mi despacho.
Me preguntó directamente ¿Qué podíamos hacer para permitir que las personas con dificultades de movimiento pudieran acceder al templo de la iglesia de San Pedro de Rectivía de una forma adecuada?
Me comentó que era una pretensión de don Patricio que nunca pudo llevar a cabo.
El problema es que no había sitio material para el desarrollo de una rampa que posibilitase cumplir con la pendiente que exige la normativa. En su día se hizo una rampa, pero era a todas luces imposible de utilizar.
Desde el ayuntamiento se hicieron las gestiones necesarias para ceder el terreno que una rampa razonable necesitaba.
Hicimos varios proyectos, y después de muchos dibujos nos decidimos por la solución que hoy podemos observar.
El diseño trata de simbolizar la apertura de la iglesia a la plaza, rompiendo la simetría de la fachada, precisamente todo lo contrario que simbolizaban las verjas que don Patricio tuvo, a su pesar, que instalar a principios de los años 90 y que afortunadamente ya no son necesarias. He de reconocer que me hubiera gustado que este proyecto lo hubiera visto realizado el propio don Patricio.
Para finalizar, y a modo de resumen, me gustaría poneros la respuesta que don Patricio escribió en la Revista Excelsior a un parroquiano, que le preguntaba en una carta ¿por qué no se terminaba de una vez la fachada de la iglesia?, que todavía estaba en ladrillo sin enfoscar, mientras se dedicaban todos los recursos de la parroquia al campamento de Boisán.
Ojalá, esta conmemoración contribuya a conseguir que renazca en nuestra parroquia ese espíritu de Iglesia con mayúscula, por la que tanto luchó don Patricio. Muchas Gracias.
José Luis de la Iglesia López
Este acto contó además de la brillante disertación de José Luis de la Iglesia López, con una presentación del párroco, la intervención emocionada del constructor Sindo Castro en su recuerdo a D. Patricio en las peripecias del alzado del templo, la interesante intervención de José Luis Fernández y el agradecimiento final de D. Blas a intervinientes, colaboradores y asistentes.
También recogemos una completa reseña del acto por la relevancia del autor y la exactitud de la misma.
Puede verse en Youtube el video del acto, siendo los tiempos de inicio de cada fase:
12:25 Presentación a cargo del Sr. Párroco D. Blas Miguélez,
23:25 desarrollo de la ponencia por D. José Luis de la Iglesia López,
1:08:00 intervención de D. Gumersindo Castro (Sindo Castro),
1:35:20 apunte de D. José Luis Fernández, y
1:41:10 finalización y despedida de D. Blas.